viernes, 26 de diciembre de 2008

Vallarta

Jueves 11 de diciembre de 2008, 8:00 pm.

- Salimos a las 10:30

Mismo día, 10:00 pm.

- Muchachos, vamos a salir a las 12 en punto, por aquellos que vienen retrasados.

Al día siguiente, ya (por fin) arriba del camión, 12:05 am.

- ¡Ya vámonos!

Viernes 12 de diciembre, 12:20 am.

- Chicos, hicimos las listas de los camiones contando a 45, pero nos mandaron camiones de 41 plazas.

- Yo no me quiero ir sin mis amigos.

- Se van a ir en otro camión, no te preocupes.

- ¿Entonces para qué nos hacen mandar con quiénes queremos viajar si a la mera hora no se va a respetar?

- %/&$% pi... pi... ( y demás groserías y reclamos)

Viernes 12 de diciembre, 1:30 am. Por fin el camión empieza a caminar... ¡Vallarta, ahí te vamos!

Y esto es sólo el principio. Originalmente se suponía que a medio día del viernes ya íbamos a ser unos felices usuarios del hotel, la playa y la barra libre. Pero la impuntualidad, irresponsabilidad, desorganización, aunado a los camiones chafas en los que viajamos y las paradas de horas que hicimos, nos llevaron a que llegáramos a Vallarta a las 4:30 de la tarde.

¿Y luego qué pasó? Pues que la comida del hotel no era súper, la barra libre menos; además a la banquetera se le ocurrió juntarnos (por qué no?) con los graduados de la facultad de ciencias, mientras que los del comité, (dícese de los 7 güeyes que dizque están encargados de la organización de nuestra graduación, y cabe aclarar que nos están haciendo un gran favor, GRACIAS COMITÉ) se quedaron en otro hotel (con sus amigos, claro), sacrificándose para que el resto de la graduación estuvieran juntos, y sacrificándose porque mientras nosotros nos quedamos en un fabuloso hotel 4 estrellas, en el cual teníamos que caminar tres cuadras a la playa y tomar un camión que hacía 20 minutos al centro, ellos se quedaron en un modesto y humilde hotel 5 estrellas, con playa, mariscos en el buffet e incómodamente ubicado en el centro, donde están todos los antros de moda, (qué ruido!)

Sí ya sé, soy una fijada y una superficial, lo que importa es que ibas con tus amigos, 15 horas en un camión... güey, ibas con tus amigos, no te quejes. Y el regreso.. el domingo... a las 5.

- ¿Segura que a las 5 salimos?

- Sí, unos se van a ir antes porque trabajan, pero ya está lleno ese camión. Los demás salimos a las 5.

Eso me respondió la única desubicada del comité que se quedó en el fabuloso hotel 4 estrellas. (Porque el resto del comité tenía derecho a disfrutar de su viaje... ni que fueran ellos los encargados de la graduación como para estar al pendiente de si nos va bien o mal, si tenemos algún problema o necesitamos algo, no, si para eso están los del comité).

Domingo 14 de diciembre, 2:50 pm.

Aaaah!!! Tiempo extra.. la final, Cruz Azul vs. Toluca... bueno, al revés. Y yo, chachareando con las cangrejas en el centro. Tun tun... a alguien le llegó un mensaje.

"Oigan, no van a meter sus cosas y apartar lugar en su camión? Ya todos están arriba"
Remitente: Arturo.

- Oigan, que ya llegaron los camiones... Miren.

- Chin%&$$!!! Ps ya, tomemos un taxi.

Paramos un taxi... (ja, y todavía nos ponemos a regatear taxis... bueno, no sabíamos que la situación era tan extrema)

- ¿Cuánto nos cobra al Hacienda Spa?

- 60 pesos.

- 60? Nos cobran 50.

- No señoritas, (ni que estuvieran tan buenas como para llevarlas de a grapa) son 60.

- Bueno, gracias. ( Adiós)

- Ahí viene otro... ¡Taxi!

- Dile que cuarenta...

- ¿Cuánto nos cobra al Hacienda Spa?

- 40 pesos.

Y en menos de eso ya estabamos arriba del taxi. Lo que es la marrez humana.. (no sé si así se escriba marrez...)

Por fin llegamos al hotel y... ¡Dios existe! Todos los del comité... y como diría el hijo del capitán cavernícola... y amigos... cómodamente sentados en el lobby, contagiando la euforia de los penales... qué lindos!!! Mientras que afuera, el chofer de nuestro camión no nos dejaba subir... y cuándo lo hizo tuvimos que subirnos con todo y chivas, que porque las maletas ya no cabían en el maletero ese.. y luego que ya nos íbamos...

- Pero si falta gente.

- Pues ya nos vamos.. vamos a comer al centro y ya de ahí salimos, que nos alcancen.

Acaso está idiota?? Qué nos alcance??? Con todo y maletas?? Si las que faltan están en el centro. Y luego del hotel no nos dejaban sacar sus cosas porque teníamos que enseñar el pase de salida.

- Pues háblenles.

Ash. Y ahí estoy marcando.

- Bueno?

- Zule? Dónde están?

- Ay Cris, aquí en el mercado, cómprando cosas y..

- Ya se va el camión. Tomen un taxi ya!

- ¿Cómo?

- Sí, ya ves sus pendejadas, tomen un taxi.

- Sí, ya vamos para alla.

Y bueno, ya se las hice muuuy larga. El caso es que el chofer nos dio a elegir, entre esperar ahí hasta las 4 o 4:30 a que llegara quien faltara o irnos a comer al centro y que nos alcanzaran. Obvio la mayoría se quiso esperar ahí. Así que al señor se le ocurre decir, ok, pero nadie baja del camión... y yo, bien encanojada... no mam%&%$... esas son ma%$$#&%... o sea... Total que terminamos bajando, cruzando la carretera del demonio, caminado al soriana a comprar provisiones para el camino (ah, porque ya no íbamos a hacer ninguna parada), y respirando un ambiente de profunda hostilidad y tensión pre-graduación universitaria.

Y bueno, lo que viene es que aún con la espera hubo gente que corrió a alcanzar a los camiones cuando estos avanzaron... gente que se quedó y tuvo que tomar taxi para alcanzarnos en la... aaaah ¡primera parada! (no que no???). Y lo que le siguió es aún mejor... baño del camión descompuesto = posible desbordamiento de pipí de borrachos universitarios en cualquier vuelta... Noooo, arreglen eso!!! Quiero hacer pipí... Pero no quiero ser la gota que derrame el inodoro... Ok... Ah, por fin, baño vacío... Qué bueno que lo vació... Pero ese desprendimiento de la caja negra del camión dio lugar a un perfumoso olor a mierda, que de repente nos hacía olvidar que podríamos morir o congelados o estrellados con algún camión de carga... y que dicen ustedes, ash no te creo, sólo falta que se descomponga en camión... pues...así es y si no quieren no me crean, total...

Y así es como termina el relato de mi maravilloso viaje de graduación... Ay, todo tan original... tanto que el viaje fue antes que la fiesta y posiblemente la prefiesta sea después de la fiesta... aunque quien sabe, porque dividirán a la generación en dos... Y pobres de los del comité, ellos no tienen la culpa, los de la banquetera son los malos, y ellos son como supermanes... bueno, supermanas, porque son más viejas, pero nosotros somos criptonita, así que están física, mental, social y espiritualmente imposibilitados para exigirle a la banquetera... ¿cómo ven? Díficil cosa esto de la graduación... Definitivamente a la otra lo pensaré tres veces...

PD. ¿Mencione que eran 7 camiones? ¿Con 40 y tantos cada uno? ¿Y que uno tenía aire acondicionado, calefacción, asientos súper cómodos? ¿Y que ese era el de las viejas de la banquetera? Ash, pero ni servía el aire... ash.




miércoles, 3 de diciembre de 2008

38.5

Resulta que esta semana me pasó lo que hace muuuchas semanas no me pasaba... es más... creo que hace años no me pasaba: me dio fiebre. La última vez que me enfermé (lo recuerdo perfectamente) fue hace 10 meses, que para variar andaba de viaje con mis amigas y sólo fue gripa, mocos, flemas, anginas inflamadas y no se complicó más porque mi vida ya era lo suficientemente complicada en ese momento, (los que me conocen sabrán a qué me refiero).

Pero esta vez, valió. De la nada empecé a sentir el cuerpo cortado, frío inesperado y ese dolorcito en la cabeza que se ríe de ti y te dice: sí, te va a dar fiebre. Y a pesar de que me dejaron huir pronto de la agencia, el trayecto en el metro hacia mi casa fue HORRIBLE. Cambios de temperatura, gente empujándome, yo parada, embarrada en el tubo como si fuera un chicle aguado, mis ojos lagrimando involuntariamente, escalofríos...

Y después del regreso a mi casa más largo de mi vida, me tomé la temperatura. 38.5 marcó el termómetro. ¡Noooooooo! ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora y no cuando estaba en el cochino servicio social? ¿Por qué ahora que estoy en la agencia, que tengo que entregar mis dos primeros capítulos de la tesis, que me voy a ir de viaje de graduación, que vienen las posadas y Navidad?**

Bueno, ya, está bien, exagero mucho. Pero es que eso de soñar puras idioteces cuando estás medio dormida, temblar toda la noche, sentir naúseas, mareos (aclaro, por la fiebre eh), y tomarte la temperatura a las 3 de la mañana y saber que no te ha bajado nada... me hace sentir con derecho de exagerar mis quejas hacia el idiota virus que invadió mi organismo.

En fin, esta entrada hubiera sido más divertida si les contara todo lo que pasó el viernes en mi último día oficial de clases como estudiante de la universidad... pero quemaría a mucha gente, así que mejor me lo reservo y me despido, deseándoles que los virus mutantes no ataquen sus organismos.


** Se me olvidó mencionar: un libreto por aprender.... ahhhhh!!!