jueves, 20 de enero de 2011

Recuento

Hace más o menos un año mi vida era lo mismo pero no igual... o igual pero no lo mismo, como quieran verlo. Hace un año el único proyecto que tenía medio seguro era el de trabajar unos días fuera de la ciudad. Y pasó. La verdad daría la mitad de mis pertenencias por una chamba así otra vez, pero que durara más tiempo. Por vivir todos los días nuevas aventuras (porque en serio lo fueron), por conocer gente increíble, lugares diferentes. Pero bueno, eso duró lo que tenía que durar y lo disfruté enormemente.

Pero unos días después, toqué fondo. Me di cuenta que no podía seguir viviendo de ilusiones, esperando a que las cosas llegaran. Me di cuenta que yo tenía que ponerme en el camino de las cosas. Y pasó.

Hoy a casi un año, me doy cuenta de que eso ha dejado de ser lo que fue. Reconozco que fue una oportunidad única, que me ayudó a entender más o menos lo que quiero, a creer cada vez más en mí. A levantarme y a seguir.

Y aunado a eso, hace un año que me di cuenta que no conocía a alguien que creía conocer. Pero hoy, sé que hace un año tampoco me conocía tan bien. Y bueno, creo que este blog es muestra clara de lo que hablo, de todas mis quejas y dramas del año pasado.

El punto es que hoy entiendo más cosas que ayer, aunque no entiendo aún todo. Aún me cuesta trabajo explicarlo, sobre todo porque en el fondo sé que a nadie tengo que darle explicaciones. Y tal vez me equivoque, como muchas veces me ha pasado, pero creo que de eso se trata.

Y como no creo que alguien más que yo entienda esta entrada, y como no creo que nadie más que Ceci la lea, quiero dejar en claro algo: tengo muchas ganas de hacer teatro musical, quiero ser una cebolla redonda, ¿por qué me emocionan y a la mera hora me botan como pelota?

domingo, 2 de enero de 2011

2010

Esto lo escribí la semana pasada, pero no había podido publicarlo.

Cada que termina un año la mayoría tiene la buena, mala o rara costumbre de hacer un balance de lo que sucedió durante éste. Yo soy tan dramática y exagerada que cada año escribo diez mil palabras sobre lo que hice o no hice y este año haré lo mismo nomás que diferente, porque este año me ha marcado.

Hay cosas que pasan y pasan y hacemos drama y sufrimos y lloramos y al final la vida se encarga de arreglar todo y demostrarnos solamente lo excelentes actores natos que somos. Pero hay cosas que pasan por las que hacemos drama y lloramos y al final… al final también la vida se encarga de acomodar las cosas, pero sobre todo, de demostrarnos lo bastante humanos que somos.

Este año viví lo más horrible que hasta el momento me ha pasado en mi vida. Fue una de esas cosas que estás súper conciente de que van a pasar porque es parte de la vida y tienen que pasar, pero no piensas ni cuándo ni cómo y aunque lo pensaras, jamás estarías preparado para eso. De verdad que tener la sensación de que no te despediste de alguien y que ya no puedes hacer nada, de que no volverás a escuchar esa voz o ver esa sonrisa, a escuchar esos chistes, a abrazar ese cuerpezote igual de inmenso que su corazón, y miles de cosas más, es una de las cosas más duras a las que me he enfrentado.

Pero a pesar de todo, es increíble cómo algo tan feo me recordó lo afortunada que soy, porque tengo una familia maravillosa, única, unida, divertida. Porque tengo más amigos de verdad que dedos en una mano, y eso no cualquiera. Porque hay un niño que a pesar de todo es mi gran apoyo, mi mejor amigo, mi confidente, y aunque a veces también es mi dolor de cabeza, sabe hacerme sonreír. Porque tengo sueños, paz, amor, confianza y sobre todo vida. Y porque comprendí que las personas que creemos que se van, en realidad se quedan para siempre.

Y claro, podría hablar del trabajo, de los viajes, de los triunfos y fracasos, del teatro, de las metidas de pata y de mil cosas más, pero creo que lo importante es que sé que no sólo cada nuevo año, sino que cada nuevo instante de la vida es una oportunidad para disfrutarla, sentirla, amarla y vivirla. Mucho éxito y sueños hechos realidad para todos!!!