jueves, 26 de agosto de 2010

Sufro como Precious!

Siempre he sido exagerada, creo que está en mi naturaleza. Pero esta semana soy un caos. De verdad, todo iba bien, muy bien, incluso con el resto de la humanidad... o algo parecido. Pero ahora el problema soy yo... bueno, y un poco también el resto de la humanidad.

Me siento saturada. Me siento mal, frustrada y poco tolerante, enferma, delicada, desanimada. Ingenua, incongruente y a veces hasta tonta. Y es que algo que me parecía cómodo y lo más genial de la vida, poco a poco va creciendo como una pequeña tortura. Me siento estancada, atrapada, presionada, asfixiada. Tengo una tesis por terminar, tengo ganas de hacerlo, pero no hago nada. Tengo planes, tengo sueños... pero también tengo miedos. Y ya entendí que en eso no hay ni quién me ayude. Estoy sola contra el mundo, con mis decisiones, mis metas, mis sueños y mis miedos.

Pero lo peor de todo es que ya no aguanto el estómago. Siempre he sido de las que todo lo que reprime lo manda a esa parte de su cuerpecillo.... Ahora sufro colitis-gastritis... a mi edad y todo por mis dramas.

De verdad, estoy exagerando, como siempre lo hago. Pero nada me gustaría más que como dijo Mafalda, ¡paren el mundo porque me quiero bajar!

martes, 17 de agosto de 2010

Descubrimiento nuevo

Creo que sólo escribo aquí cuando me siento o muy bien, o muy mal, o muy extraña... Hoy me siento muy extraña. Bueno, en realidad no sé, es como una mezcla de desesperación, tristeza, melancolía, aburrimiento, fastidio, coraje, insatisfacción. Me dan ganas de gritar, correr y sin embargo estoy aquí, sentada frente a esta vieja y lenta compu, que últimamente se ha convertido en mi confidente y cómplice.

No sé porqué amanecí así... o tal vez sí. El caso es que tenía ganas de escribir algo... tenía ganas de escribir esto, (es algo que leí en ese libro que sabes estoy leyendo):


"Mi carga es pesada. Trabajo para su liberación. Y también para la mía propia. Pero yo no soy un Breuer: yo entiendo mi sufrimiento y lo acepto de buen grado. Y Lou Salomé no es una lisiada. ¡Pero sé lo que significa ser asediado por alguien a quien amo y odio!"

Leí la última frase y fue inevitable acordarme de ti y sonreír. Por eso no puedo platicarte sobre el libro... porque habla de ti... te pareces tanto a él... te pareces tanto a Nietzsche. ¿Cuándo será el día que llores?


viernes, 6 de agosto de 2010

It's over!

Hace tres semanas exactamente "elegiste decir la verdad". Y hace tres semanas, elegí seguir mi camino. Pero en realidad, hace exactamente 48 días que te dejé ir. Se siente raro... a veces muy bien, liberador, divertido, emocionante... otras llegan los recuerdos y no es tan fácil.


Uno de estos días entendí que debo creerte menos de la mitad de lo que dices. Pero aún me quedan infinidad de cosas por entender. No entiendo la facilidad con la que apareces y desapareces, haces y deshaces, creas y destruyes. No entiendo qué diablos pasa contigo y con la tormenta que armas en tu cabeza, ni tu forma de halagar y de ignorar a la vez, ni tu manera de estar y no estar. No entiendo tus ganas, ni tu forma de extrañar, ni tu manera de amar. Pero lo que menos entiendo es que yo siga queriendo entender algo vil y absurdo.

Sabía que algún día estarías del otro lado... no pensé que fuera tan pronto. Creo que ahora ya tienes una pequeña noción de lo que se siente. Como sea, volví a doblar las manos. No es que me justifique, pero creo que es parte del proceso. Al menos ahora sé lo que soy: soy tu capricho. Tu estúpido capricho, aquél que no te es indispensable más que cuando necesitas alimentar tu ego y amor propio. Y ya me cansé y no pienso serlo más. Al menos no el tuyo. Reemplázame, busca alguien que te aguante tus miedos y tu estúpida manía de huir, de callar, de evitar... de mentir. Tu costumbre de no arriesgar, de pensar sólo en ti sin creer en ti. Yo hoy necesito hechos, no palabras. Necesito que me demuetren las cosas o al menos que intenten hacerlo. Tú ni eso...

Por mi parte se acabó, lo siento. Sólo intentaré saldar las deudas pendientes, si es que se puede... Si te hace feliz creer que sigo ahí, está bien, sigue pensando eso, el tiempo se encargará de demostrarte lo contrario, aunque de ser necesario, te pediré que te abstengas de mensajes inoportunos, impertinentes y falsos o cualquier otra idea que arroje la tormenta. Sigue con tu vida, tus decisiones, tus viajes, tus hobbies, tu necedad, mientras yo hago lo mismo con la mía, con mis decisiones, mis viajes, mis hobbies y mi necedad, que nada tienen que ver contigo. Y también sé feliz en este viaje...