Ya sé, ya sé. Ya deben de estar un poco hartos de que siempre saque al metro en mi blog. Pero es que hoy de plano no tuvo progenitora lo que me pasó.
Resulta que ahí me tienen, en mi penúltimo día en la agencia echando el chisme... papaloteando en vez peloteando... y pues me di cuenta de que eso estaba mal demasiado tarde... entonces, cuando mi jefe Tavo me dijo que si me podía quedar hasta las ocho le dije que sí.
Salí a las 8.. 8:10 más o menos. Llegué al metro auditorio a las 8:20 y todo iba muy bien, no había habido mucho tráfico y todo pintaba para que llegara temprano a mi casa. Pero... el metro se ´tardó más de lo mucho que ya acostumbra tardarse en esa línea naranja, que para mí, es la más nefasta de todas. Total que 15 minutos después ahí me tienen, subiéndome a empujones al vagón, e intentando acomodarme... bueno, sólo son dos estaciones y me bajo, ¡qué bueno!
Pero noooo!!!! Se quedó parado como otros 8 minutos, cerró las puertas y cuando se dignó a avanzar iba a paso tortuga... dije, bueno, va avanzando. Y ¡zaz! que se para. Y ahí me quedé, pensando en mi vida, en mi no vida y en la inmortalidad del cangrejo y su relación con aquél dicho de "hierba mala nunca muere"... y cuando se me agotaron mis pensamientos, (o sea mi hamster dijo, ¡qué hueva! y mejor se echó a dormir), comencé a sentir comezón en la pierna y obvio no podía rascarme, y me empecé a sentir atrapada sin salida y la desesperación se apoderó de mi ser.
Entonces dije, tranquila, no te conviene hacer una escenita de claustrofobia, bastante ridícula ya es tu sola personalidad como para venir a acrecentarla en este momento. Así que me dediqué a observar a la gente. Primero vi al tipo que estaba a mi derecha... el pobre se sentía sabroseado cada vez que pasaba mi brazo detrás de él para agarrar el tubo... no es mi culpa que estuviéramos tan apretados. Después miré hacia adelante... y vi una cabeza muy sexi y dije...¡oh, el chico de mis sueños está aquí! Y entonces me entretuve intentando verle la cara... aunque sabía que cuando volteara iba a llevarme una gran desilusión... y así fue. Entonces cuando ví que no era el chico de mis sueños, me encontré con un viejito de cabeza blanca, que igual que todos, estaba comenzando a desesperarse. Y dije para mis adentros... ¡yaaaa, por favooor!! Pero en mis afueras hice una cara de enojo, desesperación y llanto silencioso, de esas que acostumbro hacer generalmente cuando estoy sola y hay mucha gente que me puede ver y creer loca. Y así fue, el viejito me vio y se rio. Y pues yo con él.. ¿ps qué más hacía?
Pero luego, tanto él como yo nos entretuvimos con otros chavos, que de plano ya estaban muy hartos y que empezaron a decir cosas no sé si cómicas o ya de plano es muy mexicano eso de burlarse del desgraciado momento desgraciado. Y frases como, ¡se le ponchó una llanta! o ¡ahora va de reversa! (cuando el tren daba indicios de pretender avanzar) o ¡bajamos aquí! (cuando de repente, en medio del túnel entre auditorio y constituyentes, se empezaron a abrir las puertas), quedarán para siempre en mi memoria. Eso de las puertas fue la onda.. y luego cuando avanzó, más lento que antes y entonces se volvió a detener, los chavos sacaron la ganadora, ¡ah es que avanzó para agarrar el retorno! Jajaja. Los amé...
Y luego calor, mucha gente... 9:12 pm y yo atrapada y sin señal. Y cuando por fin como a las 9:25 llegamos a constituyentes, que me bajo, no sabía de ahí a dónde, pero quería salir de ahí. Y en eso escucho los altavoces del metro diciendo: el tren que se encuentra en constituyentes, dirección barranca del muerto, ya no va a dar servicio, favor de desalojarlo. Así que salí siguiendo a la masa a una avenida que me resultó familiar. Y en ese momento estuve tentada a marcarle a ese ser con el que alguna vez caminé por esos rumbos para pedirle orientación. Pero como no sé a ciencia cierta cuál es su nivel de odio hacia mi persona, temí que me dijera mal el camino hasta perderme por un lugar donde me sacaran los órganos e hicieran deliciosos tacos de carnitas con el resto de mi cuerpo... (checaron el deliciosos verdad??)
Total que caminando sobre la avenida con el mar de gente, hacia lo que inuíi sería tacubaya, se me cruzó el metrobús de la línea 2 y dije. ya, ya la hice, en esto llego casi a mi casa. Sí, cómo no. Y ahí va la babosa de Cris... me meto y otros 10 minutos a que llegara el mugre camión.. y yo tranquila, no pasa nada... ajá. Me subo, me siento y ya, avanza. Y llegó a Tacubaya. Y por ahí sí medio conozco y entonces como no supe qué entrada no me quedaba tan lejos, le saqué y dije, "en éste me voy hasta coyuya y ya la hice".. (sí, cómo no).
Sale de tacubaya el camión ese y veo la entrada de la línea café... y no saben cuántas ganas de decir "bajan, bajan" me dieron. Pero ya, estaba ahí, atrapada de nuevo. Y dije, ok, aprovecharé mis 5 pesos. Pero recordé que de metrobús coyuya a metro coyuya, hay que caminar una calle de esas que son como de dudosa seguridad... y como ya eran casi las 10 de la noche...¿¿¿¡¡¡LAS 10!¡??? Así como lo leen, las 10, pues le saqué...
Y se me ocurrió la maravillosa, genial, estupenda y más grande estúpida idea de todas: bajarme en etiopía. Osea de ahorrarme un transborde me iba a complicar más la vida. Pero ya iba a ir en el metro, rápido, seguro... y que me bajo. Y que me meto al metro. ¿Y qué creen? Que se tarda 10 minutos en pasar!!!!!!! Y yo medio vuelta loca ya, porque aparte de todo mi cel no sólo no tenía crédito... tampoco tenía pila. Y dije, ok, todo pasa por algo y yo creo que hoy encontraré al amor de mi vida. Y ahí me tienen, en etiopía buscando al amor de mi vida...(ajá, idiota, después me acordé que eso ya lo intenté y no funcionó).
Llega el tren, me subo, me bajo, transbordo... mmm... escaleras eléctricas, no tengo ánimo de subir... ajaaaaaaaaaaá. Descompuestas. Maldita sea con el mentado metro. Y ahí voy a esperar otros 10 minutos el otro tren... mil horas para llegar a chabacano.. y cuando llego, me bajo, transbordo y.... otros 10 minutos!!!!! Y luego cuando llegó, se quedó 5 minutos ahí y 5 en la viga...(ay sí, ahora resulta que todo lo malo le pasa a Cris, yo creo que inventa porque no tiene nada que hacer)... ps no me crean si no quieren. El caso es que después de la viga ya se fue rápido, me recogió mi papá en el metro y llegué a las 10:50 a mi casa. Ay, ¡qué bonito es salir temprano!
CONCLUSIÓN: Metro, en esta vida hay un dicho muy cierto: renovarse o morir...
NOTA 1: No encontré al amor de mi vida, así que las cosas si pasan por algo, es para llenar de letras y estupideces cotidianas los blogs.
NOTA 2: Esta entrada está dedicada a mis amigos... que digo mis amigos, mis carnales, mis brothers, mis valedores, que me acompañaron durante 50 minutos en un vagón del metro, y no sólo eso, sino que compartimos virus, gases, alientos y demás cosas que nos convirtieron en casi casi una gran fraternidad. Los quiero, sin ustedes ese momento no hubiera tenido sentido.
NOTA 3: Si llegaste hasta la nota 3 sin saltarte ninguna línea te felicito, oficialmente no tienes nada mejor que hacer, eres un bicho raro y sin vida y el ocio seguramente está carcomiendo tu hígado en este momento...