Día 1. El comienzo
Domingo por la mañana. La cita: diez para las nueve en la terminal de autobuses del norte. El equipo: Karla, Anlly y Cris. Destino próximo: Guadalajara. Destino final: Trinidad García de la Cadena, Zacatecas. La misión: regresar con vida. La otra misión: aplicar encuestas, entrevistas y observación de campo en escuelas primarias para ver si sirven o no los libros de la SEP. Nos subimos al camión, nos aguantamos 7 horas y cuando bajamos ya teníamos nuestro plan de conocer superficialmente Guadalajara, comer en el centro y echar uno que otro taco de ojo por aquellos lares tapatíos. Hora: 4:30 de la tarde. Pero por algo existe ese dicho de que si quieres hacer reír a Dios le cuentes tus planes, porque resulta que la última corrida para el municipio de Trinidad salía a las 5:15, así que como diría mi finísimo hermano: peleishon!!!
Así que enojadas, aburridas y hambrientas (o sin desquitar los viáticos, que es lo mismo) nos subimos al otro camión, donde por cierto nos chutamos un peliculón, un exitaso del cine mexicano; un dramón protagonizado por Antonio Aguilar... Y ahí vamos sin saber a dónde... primero diciéndole adiós a la desconocida Guadalajara. Después oscureció y sólo sentíamos vueltas, vueltas y más vueltas mientras subíamos por la sierra. Y como buenas chilangas turistas, de esas que no pueden ver tierra en vez de cemento porque no saben qué demonios es, (o lo que es lo mismo, de esas que dan harta pena ajena), empezamos a intercambiar diálogos dejando al descubierto nuestra ignorancia e incomodidad en pleno viaje, para que tooodos en el camión se enteraran de a dónde, a qué, cómo y cuándo íbamos.
Y después de tres horas de viaje llegamos, de noche, sin comer, con tremendos maletones y sin saber dónde y cómo íbamos a pasar esa noche. Gracias al Señor (y a nuestro escándalo compartido con los demás viajeros), una señora sintió lástima por nosotras y muy amablemente nos dijo dónde podíamos quedarnos. Así que fácilmente entramos a un restaurante muy acogedor, en dónde además había una posada... o un mini hotel, lo que quieran que sea. Y nos hospedamos en un cuarto con dos camas y baño. Sin tele, sin radio, sin teléfono, pero con agua caliente y luz. Cenamos como la gente decente y a la hora de dormir... pues teníamos que entrar en confianza, así que una vez que separamos el material para el trabajo del día siguiente (porque el trabajo es lo primero, jajajaja) que nos ponemos a chismear... hasta las 2 de la mañana!!! Y bueno, entre otras cosas sacaron temas de aparecidos, fantasmas, espíritus y como estábamos al lado de la carretera todo nos espantaba, (además de que las tres éramos todas una señoras mariconas). Pero al final pudimos dormir y así fue como sobreviví ese primer día.
2 comentarios:
Parte II pronto!!! Parte II!!!
Me gustó lo de "señoras mariconas de ciudad", jojojo!!! :P
Lamento que no hayas podido turistear en Guadalajara, porque la verdad sí que está chido! y Zapopan; ni se diga, ya habrá chance...
Saludos! Nos vemos el fin...
Wow, aventuras en la sierra, espero saber más de eso.
Saludos y abrazos.
Cuando regreses te invito un moka frío XD.
Besos.
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