Vamos a la playa, oh, oh, oh, oh, oh!!!

Bueno, después de unas merecidas vacaciones blogerianas... (ajá... bueno, casi todos se las tomaron, ¿por qué yo no?), estoy decidida a escribir sobre algo que hice en mi semana santa, porque digamos que vacaciones, lo que se dice vacaciones, pues como que la semana me supo a todo menos a vacaciones.

Resulta que my baby sugar me invitó a la playa... sol, arena y... asfalto??? Sí señores, así es, asfalto, pero era una proposición que no podía rechazar... jajaja. Bueno ya, pa qué me hago, la neta sí tenía ganas de ver con mis propios ojos esas creaciones humanas tan peculiares en contra de la naturaleza. Así que el martes me fui a la playa. La verdad pensé que iba a haber más gente... pero no. O sea había mucha, sobre todo en el área de las albercas, a la cual ni nos metimos porque ni traje llevábamos... ( y obvio la intención no era esa de ir y contribuir con el consomé humano). Así que paseamos por los alrededores. Vimos fútbol playero, al más puro estilo Caletilla, voleibol, camastros sobre mucha arena, (importada nada más ni nada menos que del bellísimo puerto de Veracruz, que hace unos siglos fuera conocido como la Villa Rica de la Vera Cruz... o no???). Y en el fondo nos topamos con nuestro destino: los go cars!!! Y gratis!!!

Así que nos formamos y mientras la fila avanzaba planeábamos la apuesta, la cual me iba a dar mucho coraje perder porque, como ustedes ya sabrán, aquello de meterme en la cocina no es lo mío. Así que por fin llegó nuestro turno y ahí vamos, con nuestros cascos horribles, pero bien protegidos, jajaja, claro, a subirnos a esos carros. Y cuando arrancamos salió ese Adrián Fernández que no sabía que llevaba dentro y ps ahí me ven, manejando a todo lo que da, sacándole la vuelta a todos. Total que cuando me di cuenta de que esa apuesta era cosa ganada, debí haberme conformado. Pero noooo, no lo hice, mi sed de ambición y orgullo pudo más, y se me ocurrió rebasar a Diego... así que una vez localizado mi objetivo subjetivo pisé más el pedal... pero en una curva... chaz!! A la vieja que iba adelante se le ocurré pararse... justo ahí, donde yo tenía prisa de pasar. Así que ps frené, pero no lo iba a lograr... y pensé en el ser humano que estaba enfrente... así que giré el volante pa no pegarle y me llevé una valla. Y en ese momento los encargados fueron por mí y me sacaron. Yo pensé que ya el tiempo había terminado... pero NO!!! Los demás seguían dando vueltas y vueltas mientras yo esperaba como toda buena loser y evitaba las miradas quisquillosas de todos los que estaban en la fila y habían visto mi accidentada situación.

El caso es que perdí la apuesta. Y para recuperar mi honor ps que nos volvemos a formar. Y cuando llegó mi turno me dice el tipejo que daba los cascos:

- No amiga, a ti ya no te puedo dejar pasar.

Yo: Pero ¿por qué?

Tipejo: No se puede chocar con las vallas.

Yo: (cómo no? Si yo sí pude..) Ay, pero no fue mi culpa, la chava de adelante se paró de repente y para no pegarle giré el volante, por eso le di a la valla.

Tipejo: No, pero aún así amiga, no puedo.

Diego: Ay, pero en serio, no fue su culpa, la chava fue la que se paró.

Tipejo: No, es que son las reglas.

Diego: Ándale, no fue su culpa.

Tipejo: Que nooooo!!

Y nosotros... ¡Guardias! ¡A la hoguera! Jajajaja. Bueno, no, eso no pasó... pero hubiera aplicado bien padre. Así que hicimos coraje, bueno más Diego, yo la verdad quería aguantarme el asco y que me tragara la arena... bueno no taaaan literal, jajaja. Pero sí... para no hacerles el cuento laaaargo, (que siempre lo hago, no sé de dónde me sale taaanto choro), movimos... bueno Diego movió sus influencias, como todo buen político (eso existe???), la diplomacia ante todo, y pues al final nos volvimos a subir... y nos salimos con la nuestra... aunque tuvimos que esperar como media hora en la fila.... y ps el tipejo me dio un casco que me quedaba grande... y ya no fue taaan emocionante como la primera vez... pero, valió la pena.

Así que si no tienen nada mejor que hacer y tienen mucha curiosidad... pues yo les recomiendo que venzan el miedo al pie de atleta, a diversos tipos de hongos estudiados y no estudiados por la ciencia, a infecciones y sudores ajenos; a los pelos... pelos... y más pelos.. jajajaja; a uno que otro desecho humano de tipo intestinal... ya sea en estado líquido o sólido o coloidal..; a las secreciones nasales, bucales... etc., y puede que uno que otro gargajito feliz, y vayan a las playas de carnal Marcelo... ¡se van a divertir como enanos! Jajajajaja!!!!!